La vida es una pausa en esta inmensidad cósmica. Camino todos los días por la ciudad, atravieso calles y observo la velocidad con que se mueve todo. Los días se hacen invisibles y la rutina puede volverlos vacíos, huecos. Por eso siempre me tomo una pausa, casi que ando en pausa, moviéndome a mi ritmo, levantando la mirada para ver el cielo, observando detenidamente cómo baja de triste la quebrada. Una pausa para saborear una fruta sabiendo que hay millones de seres sin la posibilidad de una. Muchos esperan el fin del mundo en estos días. Y yo solo espero poder respirar más profundamente y expandir la capacidad de los pulmones para soportar este aire maligno que todos los días nos tragamos. Espero alimentarme sanamente para no llenar mi cuerpo de enfermedades y parásitos. Una pausa en las mañanas, al medio día y en las tardes duplican la vida. Los invito a una pausa para alimentar el espíritu. Y estas fotos especiales para una pausa, y aunque no haya estado en el fondo del mar, hay acuarios que lo simulan muy bien. Estas fotos fueron tomadas en el acuario del Parque Explora.
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