miércoles, 26 de octubre de 2011

Agua bendita



Emanamos agua por todos lados. Somos los seres del agua. Unas fotografías para que sientan la bendición y busquen un poco de agua en una quebrada para que sanen sus males. Así dicen los vedas de este elemento purificador:




"Las aguas son medicina.
Las aguas limpian de enfermedades el cuerpo
y le colman de vitalidad
porque las aguas sanan
y curarán toda dolencia y todo mal"


y también dicen:






"Las aguas rebosan de vida eterna.
Las aguas son la protección del cuerpo.
Las aguas poseen una milagrosa virtud curativa.
No olvides los pavoroso poderes de las aguas
porque son medicina para el cuerpo y para el alma"

















domingo, 9 de octubre de 2011

Palabras punzantes

Una novela rebelde que saca toda la rabia interior que hay acumulada en años, también la de vidas pasadas. Yukio Mishima en Caballos desbocados, con la brillantez y limpieza de la prosa, la agudeza de los diálogos, la poesía serena, incita al pensamiento  de nuestro accionar en un país lleno de criminales, de gobiernos sinvergüenzas. Isao, su protagonista de tan solo 18 años de edad, es practicante del Kendo (arte marcial japonés) está preparando un ataque al Japón de los años 30, bastante desconfigurado, con vacíos espirituales y decadencia moral. Al final del ataque, junto con sus camaradas se harán el Seppuku o Harakiri (abrirse el vientre con una espada). Este párrafo del libro que les quiero compartir, me conmovió sobremanera y abrió caminos a la rebeldía sin temor.


Una sombría cascada de pesar corría por el corazón de Isao. su propia estimación parecía desgastarse lentamente. Si continuaba allí era porque lo más preciado para él, en aquellos momentos, no era su propia estimación.. Y como consecuencia, la abandonada autoestima se vengaba causándole un dolor que no podía dejar de percibir. Más allá del dolor estaba su pureza, parecida a un cielo claro por la tarde visto al través de unas nubes desgarradas. Como en un sueño Isao veía los rostros de quienes espoleaban a la nación y que merecían la muerte. Cuanto más aislado y desprovisto de fuerza se sentía él, más opresiva resultaba aquella carnal y opulenta realidad. La hediondez que emanaba de sus perversidades crecía a cada instante. Isao y sus camaradas se encontraban lanzados a un mundo de incesante incertidumbre y ansiedad, tan quebrado como el reflejo de la luna sobre aguas turbulentas. Eran los crímenes de los saqueadores lo había originado aquello; sus crímenes los que habían transformado en algo tan inseguro y tan indigno de confianza. La grotesca realidad de aquellos hombres hombres que estaban con Isao eran un ejemplo de toda la perfidia del mundo. Cuando hubiese matado a los criminales; cuando su inmaculada hoja se hundiese en aquella carne inflada por la grasa y arrasada por la presión arterial, sólo entonces, por primera vez, podría el mundo enderezarse de nuevo. Y entre tanto...

lunes, 3 de octubre de 2011

Reflejos

Cada día el mundo nos absorbe como esponjitas. Cada vez nuestras emociones se vuelven más vulnerables, porque ya hay más modelos y, por ende, fanáticos. La política es una muestra. No hay municipio colombiano que no esté condenado a la publicidad política. Por cierto, se nota que disminuye el ingenio de los candidatos, como si el tiempo se hubiese detenido; los mismos lemas, las mismas fotos (algunos muy payasos), las mismas promesas. ¿Y al final qué queda? Que era solo fachada porque las promesas se quedan en eso, en nada. La televisión alimentando el pueblo con telenovelas que lo hacen olvidarse de sí mismo y vive como inserto en ese mundo de apariencias y falsedad, donde abunda el dinero, el egoísmo, la vanidad. Deberían llevar a la televisión Los Hermanos Karamazov, o Sobre Héroes y Tumbas o el lobo estepario, pero no las mismas historias trilladas que la gente ve porque "no hay nada más que ver". La radio cada vez más escandalosa, grosera, burlándose de las personas con malos chistes, mala música, desperdiciando oídos expectantes. 
Son tiempos extraños, apocalípticos.
Creo en la búsqueda interior, en un centro espiritual. La esponja sólo recoge lo que le sirve. 
En mi caso la fotografía es esa causa que me mantiene firme y en revolución. La lectura trae consigo la paz y armonía. El caminar aporta salud y trae imágenes gratas (algunas ingratas). La palabra que convoca a la acción y al reconocimiento del otro.
Les dejo un reflejo de una garza que tal vez aporte a esa búsqueda en la que todos estamos sumergidos.



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