martes, 25 de enero de 2011

Al final de la tarde


De nuevo vuelve a atardecer en éste blog que por unos días se regocijaba en el invierno. Es un nacimiento, uno de tantos que le han ocurrido, como a su escritora. Cuando los ríos, hace un mes, bajaban inundados y furiosos, hoy cuando hace pocos días no llueve, bajan secos y sedientos. No es el ciclo natural de la tierra y sin embargo ella se adapta a los cambios que el hombre le ha impuesto, hasta que llegue el día de su revolución, que talvez falte poco tiempo (2012). Y el hombre, especie detructora, va hasta el límite.
Ésta fotografías fueron tomadas en un viaje que hice al Cauca en noviembre de 2010. Es una tarde brillante y en compañía de seres maravillosos; los niños. En Popayán, después de llover bastante, el cielo se reconcilia con este bello atardecer, faltando cinco minutos para las seis de la tarde.




 


4 comentarios:

Juan Camilo dijo...

Hace falta muchas tardes para entender que una tarde, como la que evocas, suceden todas las cosas por las que vale la pena vivir. un abrazo

Anónimo dijo...

Hermosas fotos, sigue así, y la narración me encantó.
un abrazo.

Anónimo dijo...

Hola, mi nombre es Amanda, qué hermosas fotos las que publicaste en esta entrada. chaoo

Anónimo dijo...

Divinas las foticos... que ojos los que tenés en ese lente. ;)

Nómada.

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