Luces rojas se encienden en el campo para contrastar con una montaña o con el cielo. Es un baile de gala, donde la pasión está mordiendo sus límites y muerde tanto que sangra. Se desborda en color y calor. Es un derrame de rojo lo que podemos ver en ésta era. Se derrama en las calles de la ciudad, en los atardeceres, en los ríos, en los cuerpos, en las flores, hasta el planeta Marte es nombrado así en honor al dios de la guerra. Inclusive las cartas de amor van mejor con tinta roja, porque emana fogosidad y simula el corazón del que salen esas palabras.
Unos rojos labios provocan un beso, no por ser labios, sino por su tono y a esos labios provoca regalar una rosa roja para aumentar su color y así su sabor. Sabor a sandía, jugosa y muy roja.
Un buen verde da más vida a ese rojo que la naturaleza pone ante nuestros ojos y frente a mi cámara. Es por eso que todos estos rojos fotografiados son perfectos para cerrar este mes de agosto que sabe a rojo.
3 comentarios:
Enciendes el corazón con tanto rojo, y lo bueno es que sabes conjugarlo con el verde...para que no haya ningún hincha inconforme. Jajaja...Abrazo. Sabes B. que estás muy presente.
Rojo como el cielo cuando explota ante tus ojos, espectantes, perplejos en el atardecer que revienta entre nubes y esos escombros urbanos de la medellin sangrante.
Hermosas fotos
Gracias por ilustrarnos
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