Son las seis de la tarde. El río a mis pies canta su alegría. Cientos de peces saltan a cada rato atrapando los insectos que caen al agua. El río tiene refleja los árboles en su tranquilidad y las montañas en una fina línea hecha por el sol. Son altas, parecen inalcanzables. Pero se puede llegar, detrás de una de ellas está el municipio de Jericó y otros tantos municipios. Pasan bandadas de patos. Un gallinazo brota del árbol que se refleja en el río. El limpio caudal que pinta el cielo tiene por nombre Cartama que nace en el municipio de Támesis en el sur de Antioquia. En éste lugar precisamente, en la piedra donde escribo estas líneas, se ve su brillo y tiene la suerte de desembocar a 300 metros en el río Cauca. Ese gran señor silencioso con su furia interna. El que a más kilómetros de distancia, más crecimiento. Aquí apenas es un niño, pues estoy a cernía del departamento de Caldas y más lejitos el de Cauca, donde precisamente nace. Ya es de noche. Estoy acampando y la única luz que llega es de las estrellas, no puedo ver mucho pero sí lo puedo oír todo. El sonido que hace el río con las piedras. Todavía no se esconden esas nubes que como siempre dibujando su alma en el cielo.
El Río Cartama. Fue aquí donde nadé horas, de día y de noche.
Desembocadura del río Cartama en el Cauca
El río Cauca desde la Pintada, Antioquia.
La primera foto fue tomada a las 5:43 de la tarde y la segunda al día siguiente a las 7:54 am. Es el gran reflejo al que me refería arriba.
Estas especies se pueden encontrar en el río Cauca, le dicen corroncho.
O esta águila que casi no se deja capturar. Abundan por estos lados
2 comentarios:
Qué hemosas fotografías. Eres una viajera admirable y qué guapa. Se nota que tienes juventud y decisión. Cuánta belleza tenemos todavía por estos lares a pesar de la crisis mundial que vivimos con el medio ambiente. Parece increíble poder disfrutar de esa frescura, ese paisaje, esa soledad...Gracias.
hola Bibiana
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