Los seres humanos, por instinto, nos quejamos, y más si vemos a nuestro alrededor discordia y la poca habilidad del sistema y nos quejamos mucho más si somos sensibles a todo esto que vemos.
Este inicio de mes está cargado de imágenes abruptas dentro de la ciudad y además de fallas del sistema que nos gobierna, y que para la mayoría funciona y para otros des-funciona a la perfección (para mí).
Empezando el mes vi un accidente terrible cuando salía del lugar donde trabajo (Universidad Nacional). Dos hombres estaban tirados en la calle, el tráfico detenido, la multitud de perversos viendo el accidente y echándose la bendición, como si eso fuera suficiente para prevenirlos a ellos de estar en ese lugar. Todo lo alcancé a ver en la primera imagen, porque no tuve valor para volver a mirar. Al lado de los hombres, que parecían sin vida, una moto en buen estado, pero en el suelo y unos 200 metros más adelante un camión parado y un señor de esos que viste de azul y “controla” el tráfico, lo revisaba. Los dos estaban como abrazados, y a por la boca de uno salía un chorro muy delgado de sangre. Me fui asustada y pensando en mi hermano que tiene una moto. Luego me di cuenta que los que estaban ahí muertos eran el papá y el hijo. Ahora comprendo porque los cuerpos quedaron abrazados. El abrazo paterno. Después de eso, hace unos tres días, en el mismo lugar, otro motociclista se cayó, a ese no le pasó nada, solo se raspó la mano. Un bus de Laureles, que no se qué hacía por ese lugar, lo golpeó con la parte de atrás (me tocó ver todo, en ese momento iba para mi lugar de trabajo) y cayó. Llevaba una caja con tarros de límpido y quedaron en buen estado. Pero inmediatamente pasaron todos los carros con bastante velocidad y dañaron todos los tarros, los explotaron y por poco lo extirpan a él también. De una pensé en la falta de solidaridad de estos paisas.
También la ciudad se llena de habitantes de la calle, pero más deprimentes que antes. Están tirados en las calles, al lado de las basuras, en las aceras donde se corre el riesgo de pisarles una mano o golpearles la cara. Seguramente a alguien ya le ha pasado. Ayer en cada cuadra conté de a dos hombres tirados en el piso (alcancé a contar cuatro cuadras), hasta parecían sin vida.
Y para finalizar mi queja, que la hago al cielo, porque se que a nadie le interesará o al que le interese nada podrá hacer, fui a pagar una renta de una propiedad a la Alpujarra y toda la mañana perdida esperando para pagarla. Ellos hacen esperar, pero si uno no paga, le quitan lo poco que tiene. ¿Cuál es la demora? ¿Es tan eficiente el sistema que todo “funciona bien”? ¿Será que todo anda tan bien como ellos piensan? ¿En el país no pasa nada?
2 comentarios:
vivimos en el país donde a diario nos toca ver situaciones similares: unos policías queman a un joven, un falso positivo, un cura pederasta, un agente de transito que se deja sobornar, funcionarios que lo poco y mediocre que hacen lo hacen solamente por cumplir, congresistas que... (para qué escribirlo, si todo el mundo lo sabe) mentiras... si en lugar de tener normas tuviéramos más conciencias... por un lado está lo otro: la insensibilidad en la que hemos caído ante la muerte que todos los días se presenta de maneras absurdas e inconcientes, de educación mutilada, de salud mendigada... tu queja de febrero, desafortunadamente, podría extenderse hasta momentos muy lejandos en el pasado y, ojalá yo no tenga la razón, en el futuro.
y luego de escribir esto... el mismo día vi uan bicicleta rosada, como de niña de ocho años arroyada en una calle principal, cerca de donde vi el primer accidente... y ni seguir mencionando. ya veo que hasta las noticias son perjudiciales para la salud. mejor leer un buen libro o estar por ahí tirada en una manga, viendo caer la tarde.
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